Gallina de Piel Manar dos Seixas

Bodega

La propuesta de Gallina de Piel Wines es única y emocionante, fusionando la pasión por el vino de Seijas y Sanz, un equipo que se formó durante su tiempo en el legendario elBulli de Ferrán Adriá, donde Seijas se desempeñó como sumiller desde 2000 hasta 2011. Este proyecto, liderado por Seijas, quien también fue galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía en 2012 y la Nariz de Oro en 2006, tiene como objetivo destacar una variedad de estilos, perfiles y orígenes vinícolas, con un enfoque desenfadado, que se refleja incluso en el nombre del proyecto. Siguiendo las directrices de David, Gallina de Piel Wines busca y elabora vinos personalizados, seleccionando los mejores viñedos de diversas variedades locales. Empordà, Penedès, Calatayud y Ribeiro, con sus Garnachas, Cariñenas, Xarel.lo y Treixaduras, son las regiones vinícolas y las variedades que protagonizan sus creaciones.

Denominación de Origen

A la Denominación de Origen Ribeiro se registran unas 2.800 hectáreas de viña localizadas en catorce municipios de la provincia de Orense. Los viñedos ocupan por norma general las laderas de las montañas y colinas que dominan el fondo del valle del Miño. Domina en la zona el clima atlántico con influencias mediterránea y continental, de inviernos fríos, con frecuentes heladas primaverales tardías y mucho calor durante el corto verano. Las precipitaciones medias son abundantes, situándose alrededor de los 950 mm anuales. VITICULTURA Y SUELOS Los suelos son predominantemente graníticos, ácidos, profundos, de texturas franco-arenosas, con presencia de gravas y piedras, y pobres en materia orgánica; también existen, aunque en menor medida, los suelos arcillosos. Una característica del viñedo de esta zona es que los mejores emplazamientos se encuentran en ladera mientras que los más productivos se localizan en el llano. TIPO DE VINOS Se elaboran vinos multivarietales, procedentes en su mayoría de cepas autóctonas, adaptadas al terreno. La variedad más abundante es la Treixadura. De cara a su comercialización conviven en el territorio las ofertas del producto clásico junto con producciones más atrevidas que intentan interpretar el terruño de donde proceden, potenciando las variedades locales. Son vinos espléndidos de fuerte mineralización y una gran personalidad. Se trata en general de vinos blancos, de aromas frescos y florales que remiten al sabor del hinojo y con una buena acidez. Los tintos representan menos de un 15% de la producción. Suelen ser tintos ligeros, procedentes de variedades recuperadas en pequeños majuelos, como la Brancellao, Sousón (la más abundante), Caíño o Ferrón; dan vinos algo herbáceos, frescos, ligeros y finos. No obstante, en los últimos tiempos se están haciendo también vinos más complejos y estructurados, con mayor graduación alcohólica, cuerpo y crianza.